domingo, 12 de mayo de 2024

Necesito un ideógrafo

 

Necesito un ideógrafo

 

         Yo no sé si se llamaría así lo que me gustaría tener. Es algo que, casi con seguridad, no existe; y si existe, no debe estar al alcance de cualquiera.

          Yo lo llamo “ideógrafo”, pero lo que me imagino es un artilugio que tome nota de mis pensamientos y los escriba.

          Si bien soy de buen dormir, hay noches en que me ataca el insomnio y mi cabeza se llena de pensamientos, ideas de cosas para hacer y, sobre todo, temas acerca de los cuales escribir. Y paso dos o tres horas tratando de conciliar el sueño mientras esas ideas rondan en mi cabeza y me impiden dormir, descansar. Y si enciendo la luz para tomar nota, hacer apuntes, puede ser que me desvele por el resto de la noche.

          Lo malo de eso es que a la mañana, cuando me despierto con la sensación de haber descansado poco, tengo la certeza de que el insomnio fue muy creativo, pero no recuerdo cuáles son esas ideas que parecían muy buenas para implementarlas.

          Es lo que me pasa por no tener un ideógrafo, un aparato –por ahora imaginario- que tome nota de las cosas que se me ocurren mientras estoy tratando de dormir y ellas se interponen en mi camino. 

Tragicomedia en el camposanto

 ​"Salió todo muy hermoso": Tragicomedia en el camposanto, en "Llamalo como quieras" de esta semana.

    


Como quien no quiere la cosa –me pasó hace más de veinticinco años-, de repente se te muere un ser querido y tenés que afrontar no sólo la perdida tremenda sino también los prosaicos trámites consecuentes.

          Entonces alguien te pasa el contacto de quien, independientemente de la funeraria a cargo del velatorio, representa a un cementerio privado y te vende una parcela para que tu familiar fallecido descanse en paz.

          Café de por medio, te asesora sobre ubicación y categoría de la sepultura, planes de pago, etcéteras inherentes y trata, a su modo, de que te sientas contenido. Más aún, la encontrás en el entierro –un momento de dolor, intimidad- y tras las últimas ofrendas florales abraza a tus condolientes –sin saber ellos de quién se trata- y al momento de despedirse, en el estacionamiento del camposanto, te dice, efusiva: “¡Salió todo hermoso; nos vemos pronto!”.

          Y vos le agradecés, pero en lo más profundo sabés que no hay hermosura en un momento como el que estás viviendo y mucho menos deseás volver a verla nunca más.

Podcast:
https://spotifyanchor-web.app.link/e/cmuwbXw4xJb

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