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martes, 7 de abril de 2020

Encuarentenados

Creo que es la primera vez que me toca vivir una situación como la pandemia de Coronavirus. Once años atrás atravesábamos la gripe A, el virus H1N1. José hacía su viaje de egresado; las fotos en Ezeiza no muestran mucha gente con barbijo; que la mayoría no lo llevábamos en ese momento.


Recuerdo, cómo olvidarlo, en aislamiento y los cuidados porque Laura fue una de quienes engrosaron las estadísticas que cotidianamente leíamos en los diarios. Me acuerdo claramente cuando Mónica Bontempi, su inmunóloga, levantó el teléfono para avisarle a su colega que le enviaba una paciente, que por favor la recibiera.


Y luego, nosotros yendo raudamente a la Casa Cuna en La Plata, donde de manera excepcional la infectóloga Analía Vélez nos recibió enfundada en esos trajes que hoy nos son familiares de verlos en la televisión pero que en ese momento para mí eran un indicio de que habíamos entrado en la NASA o que las papas quemaban.


La revisó, la interrogó, le extrajo sangre y le dio antibióticos y antiviral (el desde entones famoso Tamiflú). “Empezá a tomarlo hoy mismo, porque si el análisis te da positivo no podemos perder tiempo”. Maravillosas personas, ambas médicas, que tomaron el toro por las astas antes de que el todo bufara. Y vaya si bufó, pero ya estaba acorralado por la medicación temprana.


Hoy es otra la historia. La pandemia es de una gravedad tal que unos pocos se atreven a compararla con la epidemia de polio de hace más de sesenta años. O la fiebre española, lo la amarilla, o…


Lo cierto es que el mundo está en cuarentena aunque aún hay gente que no se dé por enterada. Aunque haya otros que serán nuestros héroes mañana, cuando les reconozcamos que debieron seguir trabajando para que nosotros pudiéramos seguir viviendo. Son los primeros a quienes me gustaría abrazar cuando todo haya pasado. Ojalá podamos hacerlo. Ojalá la muerte no sea más que una dolorosa noticia y no una realidad entre mi gente querida. Cuidémonos mutuamente, querámonos, prometámonos salir vivos de ésta. Es lo único a lo que estamos comprometidos en esta cuarentena.

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