Necesito un ideógrafo
Yo no sé si se llamaría así lo que me gustaría tener. Es algo que, casi con seguridad, no existe; y si existe, no debe estar al alcance de cualquiera.
Yo lo llamo “ideógrafo”, pero lo que me imagino es un artilugio que tome nota de mis pensamientos y los escriba.
Si bien soy de buen dormir, hay noches en que me ataca el insomnio y mi cabeza se llena de pensamientos, ideas de cosas para hacer y, sobre todo, temas acerca de los cuales escribir. Y paso dos o tres horas tratando de conciliar el sueño mientras esas ideas rondan en mi cabeza y me impiden dormir, descansar. Y si enciendo la luz para tomar nota, hacer apuntes, puede ser que me desvele por el resto de la noche.
Lo malo de eso es que a la mañana, cuando me despierto con la sensación de haber descansado poco, tengo la certeza de que el insomnio fue muy creativo, pero no recuerdo cuáles son esas ideas que parecían muy buenas para implementarlas.
Es lo que me pasa por no tener un ideógrafo, un aparato –por ahora imaginario- que tome nota de las cosas que se me ocurren mientras estoy tratando de dormir y ellas se interponen en mi camino.
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