Luego de varias pruebas pudo comprobarse que los auriculares no funcionaban. No son audífonos cualesquiera, como los que se usan para escuchar hoy en día. Tienen alta impedancia y no es fácil conseguirlos. Y si tenemos en cuenta que éstos han de tener alrededor de 90 años, su mutismo no podía sorprender a nadie.
LW9DBU salió disparado y regresó en pocos minutos con unos auriculares y un diodo de germanio, indispensable para reemplazar a la galena en caso de que ésta no sirviera. No por nada LU9DAP había opinado que la roca tenia demasiada mica, lo cual atentaba contra su capacidad conductiva.
Una voz en el audífono
Cayó también LW1DZT y no podía creer lo que estaba ante sus ojos. Sin embargo, sabedores de su gusto por los desafíos, sospechamos que esa reliquia era poca cosa para él: apenas una bobina, unos auriculares, unos pocos cables y un cachito de piedra. Nada de transistores, capacitores, resistencias, integrados, chips y circuitos impresos, de esos que lo desvelan como a él le gusta.
Las piedras conseguidas por LU9DGD eran, por su tamaño, ideales para tirar con la gomera, pero un poco grandes para hacer sintonía con la radio. Fue así que, pinza en mano, se dedicó a trozarlas hasta obtener una a su gusto, y millones de partículas más se desparramaron sobre la mesa como si se hubiera roto un sobre de brillantina.
LW9DBU seguía manipulando con el téster y un cablecito (conocido como "bigote de gato") sobre un resto de galena. LU9DGD se puso los auriculares y, de repente, acordes de música clásica se oyeron desde lo más profundo de los auriculares. La noticia no podía ser mejor: justamente LU9DAP, que además de radioaficionado es médico, acababa de comentar que no consigue una emisora que difunda música clásica para escuchar en la sala de espera de su consultorio. Ni él ni sus pacientes son muy amantes de la cumbia villera y los Wachiturros, que es lo que prolifera en el dial radiofónico. De todo modos comprendió que una radio de galena no era lo mejor para sus necesidades, aunque pareció verse en sus ojos claros un viso de esperanza.
"Ha de ser el espíritu de la pitonisa" arriesgó, aludiendo a la compañera de trabajo que orientó en la compra de las piedras, o tal vez a la mujer que las vendió. Pero los espíritus y las pitonisas no tocan música, y mucho menos la de Mozart o Beethoven.
Ayer es hoy
LW9DBU saltaba de alegría. LU1EOT se olvidó del satélite y se calzó los auriculares y a LU9DGD se le piantó una lágrima de emoción. LW1DZT y LW1DTY se sumaron al trascendental momento y se lo comentaron por teléfono a LU8EBX que había llamado en ese momento. LU8EBX es uno de los fundadores del Radio Club City Bell y es casi tan antiguo como la radio de galena.
Ya casi era hora de irse. A muchos les quedó la sensación de que ese sábado no habían contactado con ningún colega "LU" ni mucho menos habían hecho un DX (comunicaciones con estaciones muy distantes). Pero tenían la casi convicción de que esos acordes captados con la galena estaban ahí encerrados desde hacía mucho tiempo. Nadie se animó a afirmarlo, pero olían rancio y parecían llevar la impronta de Wagner.
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