Ayer, 14 de mayo, en el marco de los festejos por los 103 años de la fundación de City Bell se plantaron tres árboles en la plaza San Martín. Uno de ellos es un ejemplar de ombú de menos de setenta centímetros de altura sembrado de semilla y criado por mí, en casa.
Uno de mis pasatiempos preferidos es ése: sembrar semillas de árboles o conseguirlos muy pequeños, cultivarlos y luego obsequiarlos a quien sé que lo va a valorar y cuidar. Alguno recaló en la vereda de casa: un ejemplar de timbó cuyas semillas traje desde la colonia 3 de Abril (Bella Vista, Corrientes) en 2012.
En el caso del ombú, en 2015 había comprado diez semillas de phytolacca dioica (ombú) y las sembré en almácigo el 14 de marzo de ese año. Ayer se cumplieron veintisésis meses de ese día. Sólamente germinaron tres, una de las cuales ya hunde sus raíces en Santa Clara del Mar, en la casa de mi amiga Beti. Otro ejemplar está en casa a la espera de ser protagonista de un proyecto que aguarda pacientemente ser aprobado por las autoridades de una escuela local. Y la tercera planta es la que ayer se plantó en presencia el Intendente municipal y otras autoridades y vecinos en el paseo citybellino. La foto muestra que mi esposa María Laura hundió sus manos en la tierra para acompañar a las raíces del pequeño arbusto a encontrar su destino.
Es sabido que el ombú es representativo de nuestra pampa. Pero para City Bell tiene un especial significado, dado que una de sus cuadras más bellas tiene ejemplares de phytolacca en abundancia: enmarcan lo que fuera la antigua entrada a la Estancia Grande a través de lo que hoy es la diagonal Jorge Bell. Contaba Lorna Bell, nieta del estanciero, que poner esos árboles había sido una de las peores ideas de su abuelo, ya que por su abundante sombra el barro era casi permanente. Luego se hizo la entrada por el camino Centenario, frente a las vías del ferrocarril, esta vez enmarcada por casuarinas.
Sus primeras hojas |
El Intendente municipal, el Delegado , el Jefe de la Agrupación de Comunicaciones 601, María Laura (de boina y campera marrón) y vecinos en el momento de plantar el ombú (Ignoro el autor de la foto). |
En la plaza San Martín subsisten ejemplares de ombúes casi con seguridad plantados por Bell antes de la fundación del pueblo. Son parte de nuestra idiosincrasia junto con algunos otros ejemplares que no es raro encontrar en la comarca. Por esas dos razones (la representativa de la pampa y la relacionada con City Bell) quise cultivar sus semillas.
Ya crecidos los ejemplares, pensé que bien merecía uno de ellos pasar a integrar la foresta local, echar raíces en un espacio público para que futuras generaciones disfruten de su sombra. Porque ese es el secreto: saber que uno está haciendo algo cuyos beneficios no va a disfrutar; sus raíces prominentes y aéreas, su sombra, su depuración del aire a través de las hojas, beneficiará a los que vengan. Nuestros nietos, por ejemplo. Que me nombraran por los micrófonos como donante no era lo pactado, pero en definitiva es un detalle menor.
Como yo, ese ombú es un "nacido y criado" en City Bell, un "nyc". Está en el sector de la plaza ubicado entre la calle 11 y el predio de la feria. Por mi convalescencia no pude ir y deberé esperar algunas semanas hasta que pueda acercarme. Vayan de mi parte, tómense una foto ahora y recuerden volver a hacer lo mismo en cinco o diez años. Va a ser fantástico comparar ambas imágenes. Y sean parte de este momento histórico.
Grande Guillermo mira cuando algún historiador venidero te recuerde...
ResponderBorrarNo se trata de que me recuerde, Linyera. Basta con que cuide el ombú y se siente a su sombra a escribir nuevas historias.
ResponderBorrar