Como las autopistas, el ciberespacio también nos ofrece sus calles colectoras. Nos permiten andar más despacio y sin exponernos tanto a los riesgos de compartir espacio con quienes, por expertos o por inconscientes, nos pasan por arriba como a alambre caído. Y todo sin perder de vista la meta, el destino. La vía del blog es, además, la alternativa para publicar textos que por extensión o por contenido no tienen cabida en las páginas y el perfil de Facebook. Acá inicio mi blog, entonces. Bienvenidos, pasen, vean y pónganse cómodos.
jueves, 1 de diciembre de 2016
Andando por la colectora
Como las autopistas, el ciberespacio también nos ofrece sus calles colectoras. Nos permiten andar más despacio y sin exponernos tanto a los riesgos de compartir espacio con quienes, por expertos o por inconscientes, nos pasan por arriba como a alambre caído. Y todo sin perder de vista la meta, el destino. La vía del blog es, además, la alternativa para publicar textos que por extensión o por contenido no tienen cabida en las páginas y el perfil de Facebook. Acá inicio mi blog, entonces. Bienvenidos, pasen, vean y pónganse cómodos.
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