martes, 16 de septiembre de 2025

Blablateca n° 12

 

  


"Sobremesa" es el tema del programa n° 12 de Blablateca. Pasá y escuchá; sos bienvenido.

https://open.spotify.com/episode/6qeudjAteWGaw4ySqRFTCI?si=_FCyrlI5RECJPou02_GIAA

 

martes, 5 de agosto de 2025

Número 10 de Blablateca


 Número 10 de Blablateca. Entre planetas y zapallitos, una conversación al amanecer.
Pasá y escuchá; sos bienvenido.

https://open.spotify.com/episode/0Rk6qIj61iDeY4lK7yKbbG?si=VH3MRvCTTwuGymGuCbz5JQ

martes, 29 de julio de 2025

El misterio del lago extraviado


 El encanto y el misterio de los Siete Lagos en esta nueva edición de Blablateca. Pasá y escuchá, sos bienvenido. ¡Y suscribite al canal!

https://open.spotify.com/episode/1SXmsHEL0W1ugfkgkzAsT6?si=6qVZHWYYQB6MpsfWcbg8TA

lunes, 21 de julio de 2025

Pe

 

        


Pobre Pepe; petimetre y pánfilo. Perdió un papel que le perdonaba pagar impuestos. Se traspapeló. Papanatas, bípedo implume. ¿Podía pasar? Pues ¡pasó!

 

         Pelado de plata, pato-pato, sin un peso, ¿apechuga el temporal apichonado en el departamento del primer piso? ¿U opta por la pocilga, pura chapa y plásticos, piso de polvo apisonado, perro piojoso con pulgas y garrapatas?

 

         Pide piedad por su paupérrima posición; pide al padre de la parroquia, pide al papa pontífice que perdone sus pecados. Lo espera el purgatorio, paso previo al Paraíso. O lo espera una pena de pala y pico en la prisión de la penitenciaría.

 

         Le aprieta el apetito. Pide pastas con pesto, pizza con pimiento, pollo a la pomarola, empanadas de pescado, peras y pelones; peperina para el postre. Un pagadiós, y parte pipón.

 

         Patea una piedra y le pega a un pitbull en plena panza. Puta puntería: pitbull, no pekinés. Presume peligro, emprende sus pasos, apesadumbrado. Pica por la picada empinada y percibe la playa en pleamar. Pronto para para respirar, se palmea como si aplaudiera sus pulmones. Transpira el pecho.

 

         En la Patagonia Patoruzú con poncho pasea con Pipo Pescador, pero poco le importa a Pepe, en pleno pleito, palurdo, impotente, sin rupias en la ropa. Pasa la policía, que espía apenas. Prudente, Pepe se parapeta pegado a una puerta; se apoya entre plantas, estupefacto, pudoroso, pispeando al patrullero que pronto desaparece. Pinches y espinas con los pies paspados, ampollados. Espera agazapado en piara de porcinos.

 

         Prende la pipa, desparrama papel picado; piensa en Perú, Etiopía, Pensilvania y Copacabana; Pigüé, Jeppener, España y el Altiplano; Porto Alegre y Oporto, Puerto Pirámides, El Paligüe y Constantinopla.

 

         Torpe, repite el pasado y patea pelota de trapo. Pega en el poste. Pobre: el miope; padece presbicia e hipermetropía, paludismo y pie plano. Imposible que Pepe pinte o interprete piano. Se pierde películas de Chaplin, pocas palabras.

 

         Palpa un papel plegado en el pantalón; lo plancha entre sus palmas con premura. La plenitud, en sus manos: es el papel del principio de esta perorata y por su pérdida padeció superlativamente. Superlativo pavo, pepe.

 

 

20 jul 2025

miércoles, 16 de julio de 2025

domingo, 29 de junio de 2025

Un hornero en la carnicería

Ayer el carnicero, morochón de tez colorada a fuerza de adrenalina, justificaba lo injustificable: el mal fútbol jugado por Boca Juniors en este Mundial de Clubes 2025 que se está desarrollando en Estados Unidos. Que el grupo no los favoreció, que los otros tienen a Messi (cuyo equipo sacó del torneo a River, no a Boca), que la dirigencia, que el técnico… 
 
De repente, lo que vi con el rabillo del ojo me dejó, por un momento, estupefacto. Creí que lo que había pasado velozmente junto a mi zapatilla derecha era una rata. ¡Una rata en una carnicería! Estuve a punto de dar media vuelta e irme, dejando al analista futbolístico con la cuchilla en una mano y la chaira en la otra, dispuesto a atacar un inofensivo rosbif.
 
Pero miré bien, y lo que en un principio creí que era un roedor no resultó ser más que un tierno hornero que alcancé a identificar cuando ya descendía por el umbral de la puerta.
 
-¿Lo vio? Viene todos los días, entra por la puerta del fondo y sale por la del frente, o al revés. Es mansito -me dijo, bajando el rubor de su rostro, tornando en ternura su mirada, casi con emoción. Una emoción muy diferente de la que sentía cuando hablaba de fútbol, menos de un minuto atrás.

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